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Manuel Godínez Necoechea
Estimada Dra. Claudia Sheinbaum Pardo:
Este mensaje que estoy escribiéndole es mi pequeña aportación a la transformación en que nuestro país está ocupado. Hay dos áreas sensibles que sé, usted toma con la seriedad que se necesita, la seguridad pública y la educación y en las que estoy involucrado ya que soy abogado y maestro. Ambas áreas siguen enfrentando retos que deben ser atendidos de la mejor manera posible. Casi al mismo tiempo de empezar a litigar o ir a tribunales comencé a dar clases en la carrera de derecho en universidades particulares del área metropolitana de la Ciudad de México a principios de la década antepasada, por lo que creo tener una idea de lo que estoy escribiendo.
Como lo mencioné, nuestro país enfrenta retos importantes en educación e impartición de justicia, evidencia de ello son las recientes y acaloradas discusiones (muchas de ellas sin argumentos que sostuvieran sus afirmaciones), por la propuesta y necesaria reforma al poder judicial. Y, por otro lado, los enormes retos y oposición que sigue teniendo en educación el modelo de la nueva escuela mexicana. Creo que dentro de las diferentes causas que han provocado la actual condición que estamos viviendo y que impactan a la sociedad, erradamente hemos buscado la respuesta de manera aislada, independiente, no integrando otras áreas que se ven impactadas.
Usted sabe que la familia es la célula de la sociedad y es dónde se forja el destino de una nación. Es en la familia, en casa, donde creo se puede consolidar la transformación que ya comenzó en todo el país. Una acción que definitivamente abrirá un horizonte de posibilidades.
Sé que esto que le estoy diciendo no es nada nuevo, de hecho, desde el siglo XVI académicos e innovadores educativos como Phillip Melanchthon (en Alemania) y Juan Calvino (en Suiza) supieron involucrar a la familia en la educación de los niños y niñas, sí, desde la Reforma Protestante en Europa se involucró a las niñas en la educación. La Reforma Protestante fue más que una reforma meramente religiosa, fue una reforma social que alcanzó más allá de la espiritual áreas sociales como la economía, la cultura, el arte y la educación por supuesto.
Sé también de la necesidad de medidas a corto plazo que va a tomar expertos en esas áreas a partir del primero de octubre. Para ello, usted ha ido conformando un grupo de trabajo que sabemos hará todo lo necesario para alcanzar las metas, para lograr los retos que van a fortalecer a nuestra patria. Hay expertos en la educación, como, por ejemplo, los doctores Manuel Gil Antón, Ángel Díaz-Barriga Casales, que su aporte haría posible alcanzar la educación de carácter social y multidisciplinario que necesitamos y nos merecemos. La transformación va a alcanzar su meta, cumplir su tiempo, y dejará de ser una necesidad para convertirse en parte de nuestra forma habitual de hacer democracia.
Las medidas a que me refiero y que involucra a la familia van a impactar igualmente a corto, mediano y largo plazo. El presidente Andrés Manuel López Obrador es una prueba de que tomar decisiones a largo plazo traen beneficios para todos. Proveer a los padres o familiar de las herramientas que deben inculcar a sus hijos e hijas para que lleguen a la escuela con fundamentos más allá que meramente educativos, de convivencia como tolerancia, empatía y respeto a las autoridades, no sólo beneficiará a esos niños, sino que consecuentemente beneficiará a los alumnos de todos los salones de clases de nuestro país.
Creo firmemente que la educación y el estado de derecho corren paralelamente, son la vía que debe tomar el tren de la transformación que hace años comenzó pero que ahora es gobierno hace ya casi 6 años. Soy abogado y maestro, no necesariamente en orden de importancia, y he vivido las consecuencias de tener alumnos que no fueron provistos de las herramientas antes mencionadas y que traen consecuencias negativas no solamente a esos estudiantes, también a sus familias, compañeros, escuelas y sociedad en general.
Si el pueblo quiso que la transformación siguiera, asegurémonos que sea para beneficio del país. Para reducir la población en los reclusorios aumentemos los salones de clase y llenémoslos de estudiantes y maestros, pero repito, la tarea no comienza allí, comienza en casa. Es mi convicción que esas dos áreas (la educación y la seguridad pública) deben ser atendidas de manera conjunta, usted Dra. Sheinbaum, sabe mucho más que yo al respecto. Sabe que la familia para nosotros los mexicanos es muy importante, es la cuna donde comenzar a cimentar el México que todos anhelamos tener y que podamos llamar cada día con más orgullo, nuestro hogar.
Mi esposa y yo estamos orando por usted.
Dr. Manuel Godinez Necoechea
manuelnecoechea@gmail.com