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José Agustín Guevara Villa
A lo largo de la historia, la evolución en los mecanismos democráticos de toma de decisiones, ha ido modificándose, con el argumento común de democracia, unidad y beneficio de las mayorías.
Sin embargo, ese ejercicio ha ido generando condiciones en grupos, partidos y sociedades que demeritan el fin último de la propia democracia y se transforma en autoritarismo y tiranía.
Tiranía entendida como el ejercicio del poder para beneficio propio a expensas de las minorías generando opresión de las mismas, igual que un déspota a su pueblo.
Bajo los argumentos de la razón de las mayorías se oprimen derechos y libertades logrados por quienes en ese momento histórico, son minorías.
Pareciera que eso no tendría importancia porque se benefician las mayorías. Aunque sólo sean quienes participan de las decisiones y no así de quienes serán sujetos y objetos de esas decisiones, es decir, de quienes son representados.
Ese ha sido el actuar de quienes llegaron a las direcciones de partidos y gobiernos de izquierda.
Por eso la caída del interés en gobiernos democráticos que no han generado sino gobiernos déspotas y tiránicos.
Y eso pasó en el PRD nacional que lo hizo perderse en mayorías unánimes que tomaron decisiones erróneas que perjudicaron a la totalidad de militantes.
Y eso sigue pasando en el PRD Estado de México donde se cree que por ser mayorías tienen la razón, así como la iglesia católica en los siglos XVIII y XIX, donde creían que el espíritu santo los guiaba por buen camino.
Lo que se ve ahora, es una falacia de mayoría que solo se ejerce de manera tiránica y déspota sin sentido, sin razón y sin proyecto.